Preparándonos

Los cristianos en esta época del año estamos de festejo. Nos preparamos para una de las celebraciones más solemnes e importantes del calendario litúrgico, esperamos fervorosamente la fiesta del nacimiento del Hijo de Dios. Por eso estamos alegres y con el espíritu lleno de felicidad.
Para nosotros estos días significan un tiempo de espera que anticipa la dicha que nos trae la salvación. Es un periodo de agradecimiento y reflexión que precede la gracia que nos llegó por un Hijo que quiso venir al mundo para traernos palabras de amor, cercanía y una nueva visión del mundo: la de la luz que viene de lo alto.
Nos alistamos con devoción para que se verifique el designio que encierra el misterio del advenimiento de Dios para compartir en todo nivel la naturaleza humana menos la del pecado.
Navidad es recordar que el Señor se hizo presente y habitó entre nosotros . Es creer que Jesús Niño vino a traer la buena nueva a los pobres de espíritu, salud a los enfermos, ánimo a los de corazón quebrantado, perdón y libertad.
Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para recibir al Redentor, al enviado de Dios. En estos días aprovechamos para dejar el corazón listo para recibir el efecto santificador que nos cubrirá en cuerpo, alma y espíritu.
Pedimos un corazón sencillo, como el de un niño, para purificarnos de nuestras faltas y con el alma limpia permitir que brote el gozo que nos dan las fiestas que han de culminar con la adoración del Niño nacido en Belén.
Por eso en las casas se pone el nacimiento, se disponen las figuras de La Virgen María, de San José, de los pastores, la mula, los borreguitos, los Reyes Magos en torno a un pesebre que todavía está vacío.
Ese hueco en el pesebre es un signo que representa el lugar en el alma que debemos hacer para recibir al Salvador, es decir, tenemos que hacer espacio. Sacar lo malo para recibir la Gracia, lanzar fuera la oscuridad para dar entrada a la luz, arrojar el pesimismo para que pase la esperanza y dejar a un lado lo horrible para alojar el esplendor y la belleza de un niño recién nacido que trae palabras de vida eterna.
Los cristianos en esta época entendemos que para recibir la Navidad debemos ordenar el alma y hacerle un espacio a Dios.

IMG_2596.JPG

a href=’http://cloud.feedly.com/#subscriptionfeedhttpwww.ceciliaduran.wordpress.com’ target=’blanco blank’>

Archivos